jueves, 29 de mayo de 2014

Memorias de África por Ángel Lopez (Capitulo I).

Intruduccion:

Desde muy pequeño he sido cazador, muy cazador, me gustaba coger la "plomera" y matar ratoncillos y "gurriatos", bueno todo lo que se ponía a tiro...podía pasar horas y horas de espera para matar media docena de gorriones para después hacer una fritada con ellos. Los hacía un bebedero artificial con bolsas de basura y encima ponía arena, luego me colocaba en las ramas de una encina malamente y esperaba que estos fueran a beber y zás!!... fallaba poco, pero mis nervios y poca paciencia hacia que estos avispados pájaros me vieran enseguida. 

Esta la fui cogiendo con horas y horas de entrenamiento bajo aquella chaparra, veía que si me movía o hacia ruido allí no iban ni los chivones, así que en silencio e inmóvil y la diversión estaba asegurada y la sartén llena.

No solo me gustaba la plomera, me gustaba ir de galgos, coger pajarillos con liga, poner las redes con los cimbeles y ver tirarse a los jilgueros, correr los perdigones en primavera y después criarlos, coger nidos de verdecillos y con la jeringuilla ponerlos el buche a reventar, irme con mi padre a pescar carpas, barbos, etc. Ó estar un día entero fuera de casa cogiendo espárragos, cardillos, lo que se terciara con tal de no estar casa encerrado, en fin todo lo relacionado con el campo y animales, pero había algo que veía lejos, muy lejos, inalcanzable, algo que sabía que solo era para pudientes y gente con mucho, mucho dinero y que yo nunca podría ir.....ÁFRICA.

Pero llego el día y me plantee viajar a ese continente desconocido, a ese lugar que 20 años atrás veía como un sueño, un sueño que nunca podría hacer realidad y no solo iría de turista, sino de safari, con mi rifle, 10 días, con dinero y encima mi padre me acompañaría al lugar que todo cazador allí se siente más cazador si cabe por las emociones, experiencias, cantidad de animales, belleza de paisajes, etc. que África ofrece.

Me decidí por viajar a Sudáfrica, concretamente muy cerca de Durban, Pretoria, el destino fue un poco guiado por los amigos con los que fui ,que por su experiencia y dejándome llevar por mi ansia, para mi primer safari, decidí hacerlo a doce horas de vuelo desde Madrid.

He de decir que el viaje no empieza cuando te vas a embarcar en Barajas, lleva todo un proceso de papeles, de llamadas al continente nuevo, de vacunas para prever las enfermedades que te dicen que es posible traerte a tu pais, ya os contaré lo que me pasó recechando un Kudu, rectando por el suelo, con las hierbas de mas de 2 metros de altura, mas de 3 horas, llegue a ponerme a 4 metros de la hembra de este animal, todo esto os lo cuento porque en esta aventura, una garrapata fue descubierta una semana después de estar ya instalado en España.

Pues detrás de todo lo anterior, llego el día, el día deseado desde hace mas de 30 años, el sueño que veía que se hacia realidad, pero antes de llegar el día, llegaron las noches, las noches que no pegué ojo ninguna de las tres anteriores, ya de por si soy nervioso, pero saber que llegaba la hora de irme a cazar, a cazar a África me volvía loco, y así paso, que por fin amaneció "EL DÍA", rumbo a  Sudáfrica.

Comienza el viaje.....

Amaneció sin haber dormido nada, pero se hacía realidad un sueño.
Papeles y mas papeles para embarcar mi "cacharro" y unas balas, ¡que lío!
12 horas de vuelo nos esperaban para llegar al continente africano.
Íbamos 4 amigos y mi padre se animó a acompañarme, no quería perderse esta aventura, el no es cazador, pero aun así se lanzó..... Todos se tomaron Biodramina para dormir, yo quise ir despierto y tragarme esas 12 horas de vuelo, viendo lo poco que se veía del paisaje desconocido.

Por fin aterrizamos en Johannesburgo, cansado, con sueño, pero estábamos en tierras africanas. Otras 5 horas nos esperaban en Jeep al primer campamento, ya se respiraba la caza, nuestra primera toma de contacto con los profesionales, trackers y demás personas que nos acompañarían los 7 días por estos lares.

El viaje del aeropuerto al campamento ya fue una experiencia para grabar, se veían miles de animales por todos lados, avestruces, impalas, animales desconocidos que todavía no identificaba, eran las primeras horas allí, las primeras 5 horas en las que todos ansiosos queríamos llegar al campamento.


Llegamos al primer campamento donde abatiríamos Ñus, Blesbuck y Orix, no sin antes poner el rifle a tiro por si en el camino había que corregirle, por los desplazamientos en Jeep.

Al día siguiente nos designaban a nuestros profesionales, pisteros y equipo que en todo momento serian nuestra mano derecha en desconocido territorio. Estos mismos te orientan y aconsejan sobre las normas a seguir, ya que todo es desconocido y muy peligroso si no se hace como es debido, te orientan como comportarse, tipos de animales, como reaccionar ante un peligro, puntos de impacto de animales peligrosos, insectos, etc.


Y....manos a la obra, la primera mañana iba a por el Orix, animal de gran porte,450-500kg que debería de parar con mi rifle. Vimos varias manadas de unos 40 animales, para mí  todos iguales y que con el tiempo sabría distinguir cuales eran buenos para abatir.


Me dijeron a cual tirar, este animal  tanto la hembra como el macho tienen cuernas, la hembra más delgados que el macho, nuestro objetivo hoy.

Mi primer disparo, mi primer animal. Fue muy emocionante, algo nervioso, pero el primer impacto fue acertado en el sitio correcto, codillo, aun así, los encajaba como si fuera un plomo del 4,5.

De nuevo hice el segundo impacto perfecto, pero nada, esa mole no quería venirse conmigo, se unía y refugiaba en su manada sabiendo que la guerra iba con él en particular, me hicieron falta 7 balas para poder decir que había abatido mi primer Orix.

El profesional no se lo creía viendo los 7 impacto perfectamente agrupados en este precioso animal.



CONTINUARÁ…………………………

Espero que os haya gustado esta primera parte, pronto volvemos con otro capítulo de esta apasionante historia de Ángel Lopez.

Por: Angel Lopez.
       @elexlacas

El Mani y Raul Blazquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario